lunes, 19 de noviembre de 2012

El último primer día.

Aunque el Domingo brille con toda su intensidad, siempre su luz va a ser más tenue. Y cuando está nublado, su contraste es ínfimo. En los domingos la lluvia es llanto, llueven las lágrimas de la gente que está sola. El sol es triste y arisco, daña pero no ilumina. La luna está siempre de mal humor y te deja solo en medio de la noche, que siempre es más oscura y temerosa que los otros días.
 Domingo, potenciador natural de negatividades. Quien cava más profundo tu pozo de dudas y miseria. Quien te convence de que estás peor de lo que pensabas. Quien argumenta sin palabras y miente sin decir nada. Quien te induce un delirio de tristeza.
 Pero su función realmente es contrastar con el resto de los días para hacer que disfrutemos aún más de la semana. 

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