martes, 19 de noviembre de 2013

Lunática.

 Es mentira la luz de la Luna. Si se apagara la ciudad y todos se callaran, no verías nada. Esa Luna no alumbra, es facha nomás. Ese brillo opaco y tramposo que ves ahí arriba no te va a mostrar dónde pisar cuando todos se callen, o se apaguen las luces, o te apagues vos. Está ahí, te ve, te ve agonizar la noche entera pero nunca te va a tender la mano. Es un observador pasivo, fantasma, desinteresado, aburrido. Nunca hizo nada por vos y cuando todo esté oscuro y más te cueste ver el camino, tampoco va a hacerlo. Ni un solo susurro de aliento, ni una tenue luz deleble, ni media respuesta. Pero sin embargo parece ser que después de todo seguimos confiando en ella, tal vez involuntariamente, engañados. O tal vez sea porque esa pálida y maldita silueta ahí arriba es lo único que la noche, aún con todo su esmero, no puede apagar.