sábado, 31 de diciembre de 2011

Último día del año. Bien.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Ay, ay, ay. Mucho melodrama novelístico, Crischu.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Esta va a ser otra triste navidad, otro triste año nuevo. ¡Qué mejor manera de empezar el año que sintiéndose solo! Comer con extraños que parecen no estar a gusto con tu presencia para posteriormente pasar un incómodo "12enpunto" con 5 segundos de intensa dubitación de "a quién saludás y a quién no", un par de saludos forzados, dos o tres sonrisas falsas, cuatro o cinco tímidos "chinchín", seis o siete miradas de desprecio, ocho o nueve lágrimas ahogadas y a la calle, ¿A qué? Saludar a los vecinos, 40% caras nuevas, 30% ya no se acuerdan de vos, 10% no querés ver y ese 10% que querés encontrar, no sabés dónde está. Te persiguen los fantasmas de navidades pasadas y te hacen recordar los sabores que ya no saboreás, los olores que ya no sentís, los colores que ya no ves. Te cruzás con gente que no podés esquivar y al saludarla te deja más triste de lo que estabas, y algunos recuerdos melancólicos de otras épocas que no estás muy seguro de querer olvidar o recordar para siempre. Hacés un par de cuadras como perdido en los fuegos artificiales, mirando alrededor en busca de algo que te haga sentir en casa, alguna sonrisa cómplice, algún saludo medianamente cálido, aunque sea una cañita voladora que te pegue y te haga saber que todavía existís en forma corpórea. Pero los únicos que te siguen son esos benditos fantasmas de un ayer tan lejos, como triste, como elegido. Llegás a un lugar, pero no sabés si querés estar ahí... Vos sabés con quién querés estar, pero no vas a estarlo, no. Así que agachás la cabeza, mirás el suelo bajo tus zapatillas pseudo-limpias medio rotas, tomás aire, suspirás con algo de dolor, algo de orgullo y bastante tristeza, levantás la cabeza y decís alguna boludés, nada de otro mundo pero algo muy vos... Tirás unas cuantas sonrisas y te calzás la careta perfecta para tu cara, hasta mañana.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Te chupa un huevo. 
No te mientas a vos, 
no me mientas a mí,
y no me rompas las pelotas.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Tomarme un respiro de la sociedad... ¡Eso suena bien! Una especie de autismo voluntario, ¿No?. Ellos saben de qué va la cosa... Deben haber visto la sociedad antes de nacer o en su anterior vida y decidieron cortar por lo sano ¡Bien temprano para que no sea tarde!.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Quiere creer... Porque no logra recordar la melodía. En el fondo está desesperado. Y cuando ya no hay nada que esperar, se espera el milagro.

jueves, 8 de diciembre de 2011

¡Tocaste fondo, campeón!
Ahora saltá.

lunes, 5 de diciembre de 2011

 La mayor diferencia entre vos y yo (además de tu acefalía) es que te creés demasiado y sos un fracaso, una vergüenza como hombre, una pena como familiar, un asco de persona. Te jactás, pensás que sos mejor de lo que más odiás de tu sangre cuando sos igual o peor. Un boludito, un infantil, un enfermo de los celos, sin motivos, claro. Abrí los ojos y mirá lo poco que sos, lo poco que hiciste y lo muy poco que vas a llegar a hacer, porque naciste fracasado y se nota en cada uno de tus actos. Hasta en tu cara se notan esos tristes razgos de infelicidad. Y así te vas a morir, siendo nada, siendo nadie.
 Y dedico estos minutos de mi vida a escribirte esto porque, como yo sí hago uso de una razón que es más fuerte que mis años, y viendo el caracter indomable de la estupidez que te condena, no me queda otra manera de evacuar el rechazo y la decepción que junto con la resignación y la marginación convierten mi día a día en una lucha eterna contra vos y contra mí, al ver bajo mis pies el campo de batalla de tantos sentimientos desagradables luchando a muerte contra mi racionalidad, poniendo a prueba mi madurez y mi valor como persona.
 Quiero decirte también que no vas a lograr nada (como es habitual en tu vida) conmigo... No vas a lograr, más allá de algunos quiebres inevitables (que jamás vas a notar) producto de tu constante ataque, a veces silencioso a veces demasiado explícito, que yo haga lo que vos querés. No vas a lograr tampoco que estén ellos en mi contra, porque, muy a tu pesar, ¡Me quieren más! y eso es algo que deberías aceptar de una vez, porque te está consumiendo por dentro, y por fuera. Siempre vas a ser menos que yo, pasen los años que pasen, hagas lo que hagas, nunca vas a estar adelante mío, y ese fue tu peor error, rebajarte a la altura de un pibe de 15 años y perder, no soportarlo y vivir tu miserabilidad midiéndote con él. ¡Pobre diablo!
 Y para terminar, no voy a decir esas boludeces de "te deseo lo mejor", "que te vaya bien", porque sería estúpido e hipócrita, además de un cliché... ¡Te deseo lo peor! Que sigas siendo igual de mediocre (aunque nunca lo podrías cambiar ni aunque quisieras) y que algún día veas lo insignificante que fuiste y sos, y proyectes a futuro la realidad de tu ineptitud para la vida.
 Sin cariño, Cristian.
Pelear tanto en desventaja puede ser una ventaja en el futuro.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Callar el odio, ahogar el llanto. Aguantar un poco más, sólo un poco más.